lunes, 20 de junio de 2016

San Juan de Gaztelugatxe se tiñó de naranja.

Color representativo de las camisetas de la cooperativa Azeri Natura Guztiontzat, y la Asociación Montes Solidarios.

El objetivo. Tocar la emblemática campana de la ermita situada en lo alto del islote de San Juan de Gaztelugatze. Lugar único en la geografía vasca y nacional. Siendo uno de los mas bellos recorridos visitados por una gran cantidad de personas de todas las nacionalidades.


El camino. Mas de 240 escalones, algunos altos, otros estrechos, seguidos, separados, pero todos uniendo un pedacito de la costa Vizcaína con ese islote en medio del mar y coronado por su ermita donde náufragos y pescadores pedían sus deseos al hacer sonar tres veces la campana.


Los protagonistas. Dos amantes de la naturaleza ilusionados y emocionados por cumplir su sueño de alcanzar la cuerda que les uniría a esa ansiada campana en lo alto del campanario de la ermita. Dos personas con movilidad reducida que veían desde la lejanía de sus coches, desde el parking mas cercano o en fotos desde casa, lo imposible de superar esa gran barrera arquitectónica para ellos infranqueable.




El equipo. Esta vez dos grupos muy diferentes, pero muy iguales al mismo tiempo.
La cooperativa Azeri Natura Guztiontzat (promotores de la expedición) y educadores medio ambientales. Jóvenes, con muchas ganas, fuerza e ilusión, y la Asociación Montes Solidarios, con algo más de edad, mucha experiencia en montaña y la misma ilusión y ganas que sus compañeros.


Ambos equipos afrontamos la subida y bajada con destreza y emoción y fuimos un único equipo luchando por cumplir dos sueños a dos personas que nunca hubieran imaginado hacer algo parecido.



Una vez más hemos conseguido unir aventura, retos, sueños, emociones… en una gran coctelera que con otros muchos ingredientes han dado el mejor resultado posible.

Por nuestra parte solo nos queda agradecer a Azeri Natura Guztiontzat el haber contado con nosotros para este bonito reto que sin duda nos vuelve a hacer crecer como asociación, como personas y como voluntarios en estas actividades que tanto nos aportan.


Las sonrisas de Manu y de Jose, fue nuestro mas preciado premio y recompensa. Esa recompensa parecida a la que aquellos pescadores y náufragos obtenían cuando pedían sus deseos y hacían sonar tres veces (como lo mandaba la tradición), la campana de uno de los lugares mas bellos del planeta, San Juan de Gaztelugatze.

Seguimos trabajando en la fábrica de sueños, con un
UNICO OBJETIVO, CUMPLIR SUEÑOS